Esta Luna llena ilumina la polaridad de Virgo y Piscis, alumbrando directamente el lugar donde debemos infundir la lógica con empatía, el discernimiento con compasión y la realidad física con la percepción divina. El glifo de Virgo se deriva de las letras M y V, “María Virgo” es decir, “La Virgen María” un vestigio de la diosa del pre-cristianismo. La Virgen representa la divinidad femenina y el nacimiento del espíritu de Cristo en la materia. El glifo de Piscis, dos peces nadando en direcciones opuestas representa la trascendencia de la dualidad, estamos inmersos en el océano de la creación, apareciendo como partícula y como onda, temporales y eternos, individuos únicos y a la vez partes indivisibles del universo. Esta Luna llena nos ayuda a ver el panorama, que somos más que cuerpos físicos que somos más de lo que nuestros 5 sentidos pueden percibir. Nos recuerda que somos los ojos y la punta de los dedos del creador llegando a lo más denso, más oscuro, hasta los lugares más lejanos, trayendo de allí luz, conocimientos y nuevas formas de vivir.
La energía transformadora de esta Luna llena es amplificada por varios factores. Saturno y Venus juntos en el nodo norte en Escorpio el día antes de que la Luna esté totalmente llena, trayendo nuestra conciencia al sitio donde aún estamos juzgándonos a nosotros mismos y a otros desde una perspectiva física limitada. Esta conjunción nos demuestra que el poder del amor es siempre mas fuerte que el amor al poder, porque el poder real viene del amor y de la verdad, jamás de la dominación o el engaño. Saturno también hace el tercero de 3 sextiles a Plutón el 20 de septiembre (los otros fueron el 26 de diciembre de 2012 y el 8 de marzo de 2013), intensificando su ya estrecha relación, ya que Saturno y plutón están en recepción mutua: cada transito a través del planeta que rige al otro signo. Nuestra disposición a dejar ir viejos paradigmas y limitaciones es estimulada, y más aún cuando el mítico dios del mundo terrenal termina su anual retrógrado el 20 de septiembre indicándonos que es la hora de dar un gran paso adelante en nuestro camino. Plutón se estacionó retrogrado el 12 de abril, obligándonos a reconocer lo que realmente marca las acciones de nuestras vidas, ¿estamos en una relación, lugar, trabajo por amor o por miedo?
Los aspectos mitológicos de Plutón se asocian con riquezas y abundancia, cuando nos enfrentamos a nuestros miedos descubrimos dones y fortaleza que no sabíamos que teníamos.
El 22 de septiembre es el segundo equinoccio del año (a las 8:44 GMT) cuando la longitud del día y la longitud de la noche coinciden. El equinoccio de primavera marca un tiempo de crecimiento externo, el equinoccio de otoño señala una época de crecimiento interior. Los equinoccios y solsticios son momentos súper potentes para establecer intenciones y participar en ceremonias, rituales y hacer oración; son pasarelas energéticas donde experimentamos la interrelación entre la luz y la oscuridad, mundo interno y externo, espíritu y materia. Estos cambios energéticos han sido observados por las culturas y las escuelas del misterio a través de los años y alrededor del mundo, El Cañón del Chaco, la gran pirámide de Giza y la isla de la Pascua son algunos de los sitios sagrados mas conocidos construidos para controlar y canalizar estos cambios energéticos.
Los símbolos Sabianos nos instruyen para honrar a nuestros antepasados y celebrar qué tan lejos hemos llegado. El Sol de Virgo 27º nos manifiesta a un grupo de damas aristócratas que se reúnen en una ceremonia a celebrar un tribunal, la capacidad de continuar la tradición venerada para perpetuar las normas culturales de excelencia. Y la Luna de piscis 27º nos manifiesta a la Luna iluminando un claro cielo otoñal; la luz que bendice el trabajo bien hecho. Esta Luna llena hace cuadratura cerca del centro galáctico (27º Sagitario), que nos recuerda nuestra conexión reciproca entre nosotros y el cosmos, nos demuestra que “el universo ha escondido un secreto en ti, es tu trabajo revelarlo”