Eris: los retos de un Nuevo Planeta

Memento mori
¡Respice post te! Hominem te esse memento!
"¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un hombre" (y no un dios)!”
Quinto Septimio Florente Tertuliano

En septiembre de 2006 se anunció el descubrimiento de un nuevo planeta por la Unión Astronómica Internacional (IAU). Fue nombrado Eris – a favor de la diosa griega del Caos y la Discordia – y, al igual que con su nombre, su nacimiento no fue fácil. 

Dada la innumerable cantidad de cuerpos estelares por descubrir tras pasar la región de Neptuno, y reconociendo que el nuevo cuerpo junto a Plutón (descubierto en la década de 1930) son tan solo el primero y el segundo de estos, su caracterización astronómica como auténtico “planeta” de nuestro sistema solar fue puesta en duda. 

Esto ocurrió incluso tras saber que este nuevo cuerpo estelar compartía un tamaño muy similar con su predecesor Plutón, y era idéntico en su categoría astronómica. El público, al igual que los astrólogos, sentía cariño por Plutón, previamente conocido como el planeta más alejado de nuestro sistema solar, y más teniendo en cuenta que su existencia se estudiaba en todas las escuelas. 

Mike Brown, el descubridor de Eris, otorgó con confianza a este cuerpo celestial incluso más importancia que al descubrimiento del propio Plutón, ya que Eris era el “décimo” planeta que los astrónomos habían estado buscando durante mucho tiempo. 

Eris fue difícil de encontrar debido a que, aun siendo de un tamaño muy similar al de Plutón, y con una configuración de satélite muy parecida a la de una luna mayor, durante el último siglo y medio Eris se encontraba muy adentrada en el exterior del sistema solar. Solo gracias a las nuevas técnicas de exploración astronómica del último siglo ha sido posible confirmar su existencia. 

El nuevo cuerpo fue descubierto cerca de su afelio, o distancia más alejada del Sol. Su órbita extremadamente excéntrica hace de su período orbital poco más del doble que el de Plutón, tardando el equivalente a 556 años terrestres para completar el suyo propio.

No obstante, el IAU, en una declaración bastante polémica, decidió designar este nuevo planeta del sistema solar como planeta “enano,” y ya de paso añadir Plutón a la misma categoría. Esta decisión causó una cantidad considerable de polémica y consternación por todas partes. La comunidad astronómica se adentró en un período de debates debido a la reclasificación de Plutón. 

Cuando el planetario Hayden en Nueva York decidió modificar su escultura representativa del sistema solar para deshabilitar el antiguo noveno planeta, mucha gente se sintió confundida y decepcionada. El nombre oficial de este décimo cuerpo planetario, ya fuera planeta o enano, estaba volviéndose bastante significativo en el furor de su llegada. 

Eris, la hermana del Dios de la Guerra, verdaderamente hizo valer su título como Diosa de la Discordia junto a su descubrimiento. 

Con la nueva categorización de “planeta enano,” presentó un gran problema tanto a astrónomos como a astrólogos. La pregunta pasó a ser si este último miembro del sistema solar, el primero del siglo XXI, representaría un nuevo arquetipo mayor para la astrología occidental, al igual que lo hicieron los descubrimientos de Urano, Neptuno, y Plutón en los siglos predecesores a su descubrimiento. 

Por tanto, en los círculos astrológicos los estándares también empezaron a cambiar, aunque desde otro ángulo. Aunque su categorización astronómica había cambiado, el simbolismo del poderoso Plutón – pequeño en tamaño pero potente en su efecto – no podía ser descartado.

En las más de siete décadas desde que fue descubierto, Plutón se ha convertido en representante de las profundidades del reino interior de la naturaleza del deseo humano, principalmente del subconsciente, la muerte y la resurrección. Plutón es símbolo de que la transformación más profunda y la sexualidad forman parte de un proceso natural. 

Allí donde toca la carta, yace el potencial para un cambio monumental. Esto es válido para los aspectos de una carta natal y, en el caso de influencias transitorias, como un contacto Plutoniano, representa un año de metamorfosis para cualquier factor natal involucrado. 

Los astrólogos occidentales ofrecieron la respuesta universal de que estas delineaciones demostradas, afirmadas correctas tras décadas de práctica, no tenían por qué ser para nada diferentes, aunque cambiaran la categoría astronómica oficial de Plutón. 

Entonces, ¿ahora qué pasaría con Eris? Encontrado en la misma categoría planetaria que Plutón, ¿demostraría ser igual de potente con su efecto en las cartas? 

Los astrólogos que descartaban al nuevo cuerpo debido a no que no era considerado como planeta completo, por lo menos no como Urano o Neptuno, no se daban cuenta de que realmente es como Plutón. Eris es prácticamente igual que Plutón en muchas de sus características, a fin de cuentas, hasta su tamaño es similar, y representativo del nuevo paso en la nomenclatura planetaria, ya que el oficialmente “planeta enano,” es, de hecho, planeta. 

Especialmente considerable es que su nombre nace de la misma tradición de dioses Griegos y Romanos por los cuales fueron nombrados el resto de planetas en los últimos siglos, empezando por Urano en el siglo XVIII, Neptuno en el siglo XIX, Plutón en el siglo XX, y ahora Eris en el siglo XXI. 

La idea de que las investigaciones astrológicas del arquetipo de Eris puedan ser capaces de llegar a resultados vitales para la astrología moderna occidental es cautivadora. 

Empezando por la naturaleza de su nombre, ¿qué pistas podría revelar la mitología asociada con Eris? 

La conexión misteriosa entre nombre y función astrológica es una duda que nos hace buscar el por qué el nombre de estos cuerpos astronómicos pueda importar. En otras palabras ¿qué hay en un nombre? Bueno, para acortar la respuesta, aparentemente hay bastantes cosas. 

¿Cómo y porqué funciona la astrología?

Quienes trabajan con la astrología reconocen que el nombre de cada descubrimiento planetario representa una gran pista hacia su función astrológica. En definitiva, todo esto nos orienta hasta que damos con la pregunta de cómo y por qué funciona la astrología. 


Salvo que seas un astrólogo trabajando en consulta y atendiendo a tus clientes con el estudio de su carta astral, o solicites el servicio de una carta astral puedes preguntarte ¿Cómo podría experimentar su influencia en mi vida y comprobar si realmente es así?


Pues su funcionamiento puede experimentarse usando un software de astrología que incorpore su estudio y posible interpretación.


Recomiendo usar Astroworld, que realiza los cálculos necesarios con simplicidad y compone los resultados con el texto predefinido más adecuado a cada situación, permitiendo así a cualquiera que esté interesado en la astrología adentrarse en este mundo, sin necesidad de realizar largos estudios sobre el tema, y así poder alcanzar una conclusión por uno mismo sin prejuicios. 


Así lo hace Astroworld con Eris, ofreciendo su significado más profundo para cada uno de nosotros, e integrándolo en nuestra carta natal.

En los tiempos que corren, ¿qué nos dice el hecho de que la astrología funcione sobre el mundo en el que vivimos?

En primer lugar, y lo más importante, es que debe haber muchas más cosas tanto en el cielo como en la tierra de lo que nuestra filosofía sueña activamente, y por nuestra filosofía también se debe implicar a la corriente de pensamiento científico que predomina en la actualidad. 

La astrología ofrece un punto de vista único sobre la condición humana, y sobre la dinámica interna particular de una persona. 

Si te interesa el tema y quieres a estudiarlo aquí te dejo un enlace a una recopilación de libros digitales muy buena para quienes están empezando: Libros estudio astrología.

Coincidentemente, el mecanismo que hace funcionar a la astrología, en concordancia con la mitología de los “planetas” como Venus, Marte y la Luna, también parece descartar la causa y efecto físico como responsable de los efectos de estos arquetipos astrológicos. 

Nociones como las emanaciones de, hasta ahora desconocidas, “radiaciones” de los cuerpos astronómicos, o de influencias gravitatorias y magnéticas; teorías que no se sostienen con validez debido a que estas energías planetarias funcionan a nivel simbólico. 

No obstante, ¿cómo es posible entonces, que el nombre escogido para un planeta o cuerpo celeste, en este caso Eris, cuadre con su significado e implicación sobre una carta astrológica? 

Es una conexión llena de misticismo que ha sido demostrada, a lo largo de los últimos 350 años, con la aparición de los arquetipos planetarios más recientes de la astrología occidental. 

En el caso de Eris, si estudiamos sus mitos y leyendas, lo que viene a la mente es la imagen de una contienda potencialmente violenta, junto al ideal de una feroz guerrera luchando por una causa justa.Como diosa de la discordia, Eris visitaba el campo de batalla siguiendo a su hermano Ares (Marte, en latín), el dios de la guerra. 

Durante su descubrimiento, este nuevo objeto planetario fue denominado 2003 UB313, pero fue apodado Xena debido a la influencia de la serie de televisión. También es de considerar el entorno político y social de la época del descubrimiento (2003-2006). Combinando ambas ideas, viene a la mente la imagen arquetípica de una guerrera militante feminista que no se achanta ante la violencia. Durante las primeras investigaciones del arquetipo astrológico de Eris también se consideraba el elemento Plutoniano de profundos procesos internos.

Cuando Plutón fue descubierto se introdujeron nociones oscuras en lo referente a la condición humana, de tal profundidad y poder que previamente no eran reconocidas. Por tanto, es razonable pensar que también lo haría el descubrimiento de Eris, prima de Plutón desde el punto de vista astronómico. Además, Eris se encuentra en los límites más lejanos del sistema solar, y, por tanto, comparte el mismo simbolismo que Plutón. 

Hemos crecido como cultura a través de nuestra comprensión astrológica de Plutón, y la integración del arquetipo de Eris en la astrología occidental también nos hará crecer. La astrología de Eris parece estar relacionada con la lucha descontrolada por la existencia continuada que es fundamental en todo proceso natural, y por defender lo que uno cree, incluso si esto conlleva hacer uso de la violencia. 

Como hermana de Marte, Eris busca la batalla con voluntad. El esfuerzo que todo ser vivo realiza por sobrevivir es una realidad muy dura de la naturaleza, y por mucho que como sociedad seamos capaces de aliviarlo o compensarlo de algún modo gracias a nuestro intelecto, este esfuerzo por la supervivencia también forma una parte fundamental de la condición humana. 

Aunque la naturaleza puede mirarse a través de unas gafas tintadas de rosa, como ocurría durante el movimiento hippie en la década de los 60 y con el cervatillo Bambi bebiendo de un arroyo de ensueño en el bosque, la naturaleza es muy distinta, ya que debajo de esta falsa belleza idealista existe la dura y fría realidad de que la muerte súbita puede ocurrir en cualquier momento, ya que todo ser vivo necesita alimentarse, y en la naturaleza no existe fuerza mayor que un estómago vacío. 

Eris forma parte de este esta realidad tan dura de la naturaleza, y la usa con el fin de completar sus objetivos de mejora y superación.

Bibliografía de referencia usada para el artículo.

-Discovering Eris: The Symbolism and Significance of a New Planetary Archetype Keiron Le Grice
-The Tenth Planet: Revelations from the Astrological Eris Henry Seltzer
-Asteroid Goddesses: The Mythology, Psychology, and Astrology of the Re-Emerging Feminine Demetra George
-Psychological Astrology for the Psyche: A Workbook for Holistic Healers, Counselors, and Parents - and young people Mitchell David Lopate



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