El eclipse solar en Cáncer será un poderoso desencadenante para cualquier cambio en el hogar y la familia que tengamos a la vista. Lo que nos nutre (Cáncer) es el enfoque en estos momentos. Este eclipse contiene «un poder adicional» por el hecho de que ocurre unas horas después del solsticio de verano, cuando el Sol entra en Cáncer y el mundo comienza a cambiar, moviéndose (en el hemisferio norte) hacia días más cortos y noches más largas.
Los resultados se retrasan por la cantidad de planetas retrógrados en el cielo: Mercurio, Venus, Júpiter, Saturno y Plutón. Prácticamente, eso se refiere a la necesidad de esperar a que las condiciones de finalización de nuestros asuntos se alivien (cuando Saturno se vuelva directo a finales de septiembre de 2020), así como a la necesidad de pensar las cosas con calma. Los cambios están en camino.
Como decía, el eclipse del Sol en Cáncer ocurre durante el solsticio que da la bienvenida oficial al verano en el hemisferio norte (20-21 junio 2020).
De acuerdo a los astrólogos que usan en su práctica diaria los eclipses, éstos afectan más a los países que a las personas. Sin embargo, las personas a menudo no pueden evitar verse afectadas por lo que ocurre a nivel nacional. Además, también es posible apreciar las implicaciones psicológicas de los eventos relacionados con el eclipse.
Por ejemplo, tal vez estamos ocupados tratando de cumplir objetivos y misiones personales, solo para descubrir que algo externo se interpone en nuestro camino, y tal vez ese elemento externo no es algo que podríamos haber conocido antes, simplemente porque algunos factores han cambiado.
Es en los ciclos de la vida y la astrología donde encontramos el mayor misterio: ningún conjunto de circunstancias es completamente igual.
Sin embargo, puede haber similitudes. Puede ser que los ecos de circunstancias anteriores se enfaticen y sean útiles durante este eclipse solar, con el foco en el signo de Cáncer, que tiende a aumentar la influencia del pasado, posiblemente más que cualquier otro signo del zodiaco.
Durante el eclipse solar, es la Luna la que oscurece una parte del Sol. Esto pone un enfoque aún más fuerte en las raíces familiares y otras influencias históricas que continúan coloreando nuestra perspectiva y opciones. Estas pueden haber sido perspectivas y decisiones que antes eran obvias y automáticas; nunca las cuestionamos, simplemente actuamos sobre ellas.
Las cosas podrían cambiar bajo la influencia de este eclipse, cuando existe la oportunidad de comprender más sobre el origen de un punto de vista o de un determinado impulso.
Por lo general, existe una cierta sutileza en cuanto a cómo estamos motivados para avanzar en la vida, lo que no notamos, a menudo debido a límites de tiempo y circunstancias, o simplemente porque no necesitamos detenernos y pensar en ello.
Sin embargo, en estos tiempos cambiantes, bajo este trío de eclipses, sugiere que sí nos beneficiamos de esa pausa y reflexión.
Incluso podemos encontrar que la vida nos anima a reflexionar y cuestionarnos más. Una nueva fase de sueños inusuales puede ser el desencadenante o algo más externo, como una solicitud inesperada de un miembro de la familia o un nuevo giro de los eventos que los afectan. Nuestra perspectiva sobre lo que pensábamos que entendíamos tan bien, antes, podría cambiar.
Finalmente, con un Sol eclipsado, podríamos cuestionar nuestros propios motivos y movimientos.
¿Entendimos una situación correctamente?
¿Hicimos la mejor elección?
Es posible que elijamos de manera diferente un nuevo paso hacia el futuro. O tal vez estaremos encantados de haber tomado la decisión correcta. De cualquier manera, el eclipse provoca un momento de pausa y una perspectiva diferente.
La Luna está tanto en su propio signo de Cáncer como en el primer grado de ese signo, lo que hace de este un eclipse de Sol súper especial. Para ser claros, no es un eclipse total, sino un eclipse anular, con su característico «anillo de fuego» visible alrededor del exterior.
Existe un deseo, dentro de algunos de nosotros, de asegurar que algo «demasiado caliente para manejar» no se acerque demasiado. Puede ser un momento para acurrucarse dentro de nuestro círculo íntimo y asegurarnos de no entrar de puntillas en un territorio que nos hace sentir amenazados.
El primer grado de la Luna también imparte la sensación de querer hacer un nuevo comienzo en alguna parte. Todo esto tras el reciente eclipse lunar en Sagitario; sentimos que algo está desapareciendo y que hay que dejarlo ir. No muy diferente del patrón de ese eclipse anterior, esta vez todavía tenemos una cuadratura con Marte, pero no una T-cuadrada. Podría haber menos presión para terminar algo y, en cambio, solo voluntad de dejarlo ir y pasar a algo nuevo.
Marte está en conjunción con Neptuno, por lo que bien puede haber un sueño enfocado en nuestro futuro que esté luchando por hacerse un hueco y que no deba ignorarse.
Marte a menudo nos da el impulso adicional para hacer que algo suceda y hacer realidad los sueños. Podríamos haber estado “pisando sobre el agua” durante algún tiempo, dado el enfoque de Piscis…
¡Tal vez nos estamos acercando gradualmente a tierra seca!