Las Lunas Nuevas marcan un punto de calma, una breve pausa previa a la captura de la nueva ola de energía evolutiva fluyendo desde nuestro sistema solar, galaxia, y zonas aún más lejanas.
En Géminis, esta Luna Nueva subraya el poder de nuestra mente y pensamientos.
El cerebro humano posee aproximadamente 100 billones de neuronas, y genera suficiente energía para encender una bombilla (hasta 25 vatios). Tenemos unos 70000 pensamientos por día. Conexiones nuevas son creadas con cada nuevo pensamiento o memoria, y cuanto más pensemos en algo en particular, más profundo se vuelve el camino.
El estrés a largo plazo puede debilitar la habilidad de aprendizaje y memorización de nuestro cerebro. La memoria es más fluida y falible de lo que nos gustaría creer. Nuestro cerebro realiza más bien capturas de pantalla que películas, y rellena los saltos entre ellas basándose en experiencias previas. Cuando científicos expusieron a personas ante imágenes de ellos mismos modificadas con Photoshop ante ciertas situaciones, dichas personas recordaron esos eventos con claridad, aun sin haberlos vivido.
El fenómeno de la neuroplasticidad revela que nuestros cerebros pueden cambiar, que la actividad mental estimula la creación de nuevas neuronas. De acuerdo con el neuropsicólogo Rick Hanson, en su libro ‘El cerebro de Buda’, si cambias tu cerebro, cambias tu vida. El flujo de pensamientos esculpe tu cerebro, y a través de la meditación y ejercicios mentales, es posible cablear de nuevo el cerebro para tanto una mejoría física como mental.
En esta Luna Nueva, Mercurio, el regente tradicional de Géminis, se sitúa a 29º34’ Géminis; Venus, el regente esotérico de Géminis, se sitúa en 29º39’ Aries. El grado 29 de cualquier signo es un grado crítico, simbolizando la necesidad de completar el objetivo espiritual de dicho signo antes de avanzar al siguiente. El objetivo espiritual de Géminis es el desarrollo de la percepción, el pensamiento y la comunicación. El objetivo espiritual de Aries es el desarrollo de la iniciativa, el coraje, y la acción justa. La asociación de Venus con el amor, la belleza, y el corazón recuerda que nuestros sentimientos no están separados de nuestros pensamientos, y que pensamos con algo más que tan solo nuestras cabezas. Nuestro corazón se comunica con el cerebro de cuatro formas distintas: a través del sistema nervioso, la circulación de hormonas, la presión sanguínea, y la comunicación electromagnética.
El campo electromagnético del corazón es 5000 veces más fuerte que el del cerebro, y puede ser detectado a bastante distancia de separación del cuerpo. La investigación neurocardiológica muestra que hay 40000 neuronas sensoriales transmitiendo información al cerebro desde el corazón, y que dichas neuronas permiten al corazón aprender, recordar, y tomar decisiones independientes del córtex cerebral. El dolor físico y emocional se interpreta con la misma parte del cerebro; los estudios muestran que el 50-70% de las enfermedades psicológicas pueden hallarse en problemas psicológicos. También tenemos “neuronas menores”, en las cuales si vemos a alguien recibir un golpe, la misma área del dolor se encenderá en nuestro propio cerebro como si nos pasara a nosotros mismos.
Desde la mitad de Mayo hasta la mitad de Junio, Quirón forma un gran trígono acuoso con Júpiter y Saturno, facilitando un enlace más sencillo entre corazón y cabeza. los grandes trígonos promueven la perspicacia, la creatividad, y un sentido de tranquilidad; un gran trígono acuoso profundiza nuestra capacidad de curación, intimidad, e intuición, lo cual ayuda a resolver los retos de la gran cruz reciente (Eclipse Lunar en Libra).
Recuerda que la luna nueva es ideal para trabajar temas de salud así que es un momento ideal para cuidar de tu salud física, mental, emocional, espiritual y energética. La Luna Nueva en Géminis urge a utilizar con sabiduría el poder de nuestra mente y nuestro corazón: “El progreso es imposible sin cambio, y aquellos que no son capaces de cambiar sus mentes no pueden cambiar nada.” (George Bernard Shaw).