EL martes la Luna ataca al inquieto Sagitario en su camino al trígono al planeta que gobierna este signo, Júpiter. Es un momento muy optimista cuando sentimos la llamada de aventuras y la llamada de un propósito mayor. Aun así, la vulnerabilidad aparece con una semicuadratura insegura entre Venus y Neptuno. Podemos perder la autoestima, y nuestra capacidad de evaluación de objetos, actividades y personas puede terminar. Las fantasías fugitivas son posibles, sobre todo cuando la cuadratura de la Luna se disuelve en Neptuno. Aun así todavía podemos sentirnos suficientemente abiertos para inspirar a la imaginación, alimentar la fe en el futuro, y explorar ideas e intereses sin límite para la razón. Un trígono Lunar al pensador Mercurio puede devolver cierto sentido de la lógica; las conversaciones nos revelan detalles que pueden desbaratar nuestros sueños o proveer de ideas específicas para convertirlos en realidad.