Ofiuco (Ophiuchus) ¿nuevo signo o desconocimiento de la astrología?


Cada cierto tiempo escuchamos en las noticias críticas a la astrología, y en su mayoría, los astrónomos y los físicos no saben nada acerca de la astrología.

Una de ellas, que viene apareciendo estas últimas dos décadas, y que junto a periodistas ociosos, algún astrónomo desinformado e incluso, y sorprendentemente, algún astrólogo, ha reavivado la información (ya conocida por los griegos hace más de 2000 años) de que existe una nueva constelación a la que se llama Ofiuco, y por tanto un nuevo signo.

Hemos recibido muchas consultas al respecto, al igual que hace diez años cuando apareció también en la prensa escrita la información sobre la constelación de Ofiuco. Es por este motivo que publico el siguiente artículo: para aclarar todo este malentendido generado alrededor de esta constelación y para contestar a la sugerencia de algunos que hablan de incluir un nuevo signo, el número 13, entre los signos hasta la fecha utilizados en la práctica de la astrología.

Empezaré aclarando el concepto de constelación, no olvidemos que es una apariencia subjetiva sin ninguna realidad física, ya que suele entenderse erróneamente. Una constelación, es una agrupación de estrellas, cuya posición en el cielo nocturno, en apariencia, resulta tan próxima que las civilizaciones antiguas decidieron relacionarlas mediante trazos imaginarios, creando siluetas sobre la esfera celeste.

Las estrellas que forman una constelación no están localmente asociadas. De hecho hay muchas que se encuentran a cientos de años luz unas de otras. Además, estas agrupaciones son totalmente arbitrarias, ya que distintas culturas han ideado constelaciones diferentes, incluso asociando las mismas estrellas.

Como he comentado, nuestros antepasados observaron que algunas de estas agrupaciones, las constelaciones, se incluían en un gran círculo sobre dicha esfera celeste (formado por la trayectoria aparente del Sol en el transcurso de un año alrededor de la Tierra), a este círculo se le llama eclíptica.

De esta forma, la eclíptica corta no 12 o 13 sino 14 catorce constelaciones, de tamaños muy desiguales, sobre la esfera celeste: Piscis, la Ballena, Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Ophiuchus (constelación que se encuentra situada en el ecuador celeste muy próxima al núcleo de la Vía Láctea y en la zona opuesta a Orión; se halla a unos 10º al norte del ecuador galáctico, y podemos observar en ella gran cantidad de estrellas y cúmulos estelares), Sagitario, Capricornio y Acuario.

Como los astrónomos desconocen el funcionamiento de la astrología, que más adelante explicaré para despejar cualquier tipo de duda, critican a ésta argumentando que no retiene más que doce de entre las 13 constelaciones posibles para poder presentar los doce signos, todos de un tamaño igual a 30°; veremos cómo este argumento no es válido. Tengo que decir que también ellos se equivocan, porque son 14 las constelaciones que “tocan” la elíptica, como antes he mencionado.

De esta forma “interesada”, conjuntamente con quienes no entienden lo que es la astrología tropical u occidental, lanzan ideas y argumentos inválidos, como el de que ahora tenemos que incorporar un nuevo signo al estudio de la astrología: Ofiuco. La eclíptica, la línea donde se mueven el Sol y los planetas, cruza la constelación de Ofiuco por el sur durante la primera quincena de diciembre y es observable durante los meses de Abril a Octubre en ambos hemisferios sin dificultad. Este es el argumento que presentan para que incorporemos a Ofiuco al estudio astrológico.

Otro de los argumentos que utilizan para criticar a la astrología es que la situación actual de las constelaciones no coincide con los signos zodiacales. Esta afirmación es verdadera en un sentido determinado. Pero se basa en hipótesis erróneas que desconocen la esencia y la historia de la astrología, y por lo tanto no logran alcanzar su objetivo.

Los que argumentan en contra de la astrología de esa manera podrían informarse un poco más. Su competencia sobre el conocimiento de la astrología es nula y se permiten criticar sin un mínimo conocimiento sobre la materia. Hablan en los medios de comunicación sobre algo que nunca han estudiado.

Como comentaba indican que las constelaciones reales han estado cambiando en relación con los signos astrológicos en casi un mes en el curso de los últimos 2000 años. Se explica con la precesión de los llamados equinoccios y afirman que los astrólogos suprimieron una constelación (la número 13), el portador de la serpiente (Ofiuco), a pesar del hecho de que el Sol pasa cada año a través de esta constelación.

Incluso esta crítica, como he comentado, resulta incompleta y presenta cierta falta de rigor, ya que por el mismo motivo habría que incluir a la constelación de la ballena (Cetus). La eclíptica pasa muy cerca del límite de Cetus, por lo que planetas y asteroides pueden encontrarse en esta constelación durante breves períodos.

Precesión de los equinoccios y astrología India

En ocasiones ofrecen como ejemplo de este punto (la no coincidencia constelación-signo) a la astrología India (llamada sideral en occidente). Nada tiene que ver con la astrología occidental o tropical.

Para entender esta práctica de los astrólogos indios (India), hay que saber que como consecuencia de uno de los movimientos del eje de la rotación terrestre, denominado precesión de los equinoccios, los signos del zodíaco se deslizan lentamente a lo largo del círculo de la eclíptica en el sentido contrario en relación a las constelaciones del zodíaco, realizando una vuelta completa cada 25750 años.

Este lento movimiento hace que los signos zodiacales no correspondan desde hace mucho a las constelaciones que se les han asociado. Por ejemplo, el Sol no se encuentra delante de la constelación de Aries hacia el fin de marzo, sino delante de Piscis, no lejos del límite con Acuario, cerca del lugar donde está localizado actualmente el Punto Vernal, situación del Sol en el momento del equinoccio de primavera (en marzo).

Algunos astrólogos y la mayoría de astrólogos indios (India), practican este tipo de astrología, llamada sideral, que se opone a la astrología clásica, tropical, y que considera las constelaciones del zodíaco y no a los signos astrológicos. Por lo tanto las estaciones no corresponden a la posición del Sol…

Repito, NADA tiene que ver este tipo de astrología con la occidental o tropical. Además, la astrología India basa casi el total de su trabajo en los ciclos lunares y la relación entre planetas (los aspectos) contiene diferencias importantes con la occidental.

Desde este momento empieza a quedar claro que la astrología occidental se basa en las estaciones y no en las constelaciones. Por lo tanto nunca debe equipararse a los signos solares con las constelaciones (de estrellas fijas).

Ptolomeo era plenamente consciente de la precesión

En el siglo II dC el astrólogo y astrónomo Ptolomeo era plenamente consciente de la precesión y las cuestiones antes mencionadas. Conocía que los puntos equinocciales fueron cambiando poco a poco en las relaciones con las constelaciones de estrellas – cerca de 1 ° en el curso de una vida humana de 72 años (Ptolomeo, Almagesto VII.2.f). Sin embargo, decidió renunciar a las constelaciones de estrellas y utilizó 0 ° de Aries en el punto equinoccial de primavera (Ptolomeo, Tetrabiblos 1.10f).

¿Por qué? Lo hizo en los dictámenes que las constelaciones reales de las estrellas fijas no eran pertinentes para la astrología, que los signos solares deben fijarse en los puntos cardinales de la trayectoria anual del Sol. Aries comienza en el equinoccio de primavera, Cáncer en el solsticio de verano, Libra en el equinoccio de otoño y Capricornio en el solsticio de invierno.

La decisión de Ptolomeo era lógica, porque los astrólogos siempre habían considerado los signos solares relacionados con las estaciones. En la antigua Mesopotamia, alrededor del año 2000 A.C., la aparición de las estrellas pertenecientes a Libra inmediatamente antes del amanecer indicaban el equinoccio de otoño (como se documenta por un texto cuneiforme Mul.apin me iii 1-2).

1000 años más tarde, cuando esta regla no funcionaba más por el cambio de la precesión de los equinoccios, el comienzo del otoño se redefinió como la entrada del Sol en Libra.

Signos solares versus constelaciones de estrellas fijas

La astrología moderna se ha mantenido fiel a esta tradición. No tiene en cuenta las constelaciones de las estrellas fijas, el zodiaco se divide en correspondencia con los puntos cardinales de las estaciones. Las constelaciones de estrellas reales en el cielo son astrológicamente irrelevantes y además sigamos recordando que incluso las constelaciones son apreciaciones subjetivas sin ninguna realidad física.

Nunca deben equipararse los signos solares (signos del zodíaco) con constelaciones de estrellas fijas. Las constelaciones de estrellas fijas son las configuraciones de las estrellas visibles en el cielo, los signos solares sin embargo, no pueden verse en el cielo. Son divisiones matemáticas de la trayectoria anual del Sol en el cielo, de forma precisa corresponden a 30° para cada una de las 12 partes.

Si los astrónomos afirman que la astrología no puede ser verdad porque no utiliza las constelaciones de estrellas actuales, lo dicen bajo la creencia errónea de que los astrólogos han olvidado qué son y de dónde aparecen las constelaciones de estrellas fijas. De hecho, todos los astrólogos saben que son diferentes de los signos del zodiaco astrológico.

La verdad histórica, que algunos se preocupan de ocultar con falsedades, radica en el hecho de que las constelaciones de estrellas fijas recibieron sus nombres de las estaciones y del ritmo anual del movimiento del Sol y no al revés. Dónde se encuentren hoy en día las constelaciones en el cielo es simplemente irrelevante. La astrología sólo está interesada en los signos del sol, sobre la base de las estaciones.

Por lo tanto, ¿qué hay de Ofiuco, el portador de la serpiente? Debido a que este es solamente una constelación de estrellas fijas, no tiene importancia astrológica. El Sol pasa hoy en día a través de él entre el 29 de noviembre y 17 de diciembre, que cae en el signo astrológico de Sagitario.

Me permito reproducir íntegramente un interesante artículo sobre el origen de los signos del zodíaco que aporta mayor claridad y un argumento que refuerza el argumento previo.

Para concluir diré por tanto que la idea no es nueva, es un asunto que viene reapareciendo desde hace años. Se trata sólo de algunos astrónomos hablando de cosas que realmente no conocen.

Las constelaciones no forman parte de la astrología clásica, que se basa en las estaciones. Cada temporada, cada estación, se divide en tres signos y hay 4 temporadas: se obtienen 12 signos. La astrología occidental se basa en las estaciones no en las estrellas. Así que hay 12 signos que corresponden a los meses y el primer signo comienza el primer día de la primavera. Ptolomeo lo establece de esta manera al dar cuenta de la precesión de los equinoccios. Curiosamente investigaciones científicas recientes muestran que el estado de ánimo y el reloj biológico dependen de la temporada en que se nace. Considero que se trata de una moda pasajera que no resistirá el paso del tiempo.


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