El Stellium o acumulación de planetas, es el fenómeno opuesto al de los planetas dispersos y aislados y se verifica cuando muchos planetas se amontonan en el espacio de pocos grados. Contrariamente a lo que se podría creer, la acumulación tiende a indicar debilidad porque limita la posibilidad de una equilibrada distribución de las fuerzas vitales en el Zodiaco e implica al mismo tiempo una mayor vulnerabilidad a tránsitos o a influencias negativas colaterales.
Tradicionalmente, en un stellium deben intervenir por lo menos cuatro planetas (o cinco si la configuración incluye al Sol, Mercurio y Venus) a una distancia de no más de 8 grados entre sí, y todos dentro del mismo signo. El significado del stellium, sin embargo, es válido para cuatro planetas cualesquiera, incluso si tres de ellos son interiores, o si todos están dentro de la misma casa y no del mismo signo. Las configuraciones funcionarán como un stellium, aunque no con la misma intensidad, si:
- Son tres y no cuatro planetas, en conjunción muy próxima
- Cuatro planetas están en conjunción, pero no dentro del mismo signo o la misma casa; el orbe entre dos de los planetas es ligeramente mayor de 8 grados
- Si tres planetas están en conjunción con un nodo o con un ángulo de la carta.
Stellium o acumulación de planetas
Un stellium es especialmente fuerte si intervienen en él más de cuatro planetas, o si uno de ellos es el Sol o la Luna o un planeta en su propio signo o en su propia casa.
Las características positivas del stellium incluyen: una energía concentrada, un foco de atención, genio, talento, automotivación, sentimiento de dirección y propósito, resolución y firmeza. Sus características negativas incluyen: estrechez, obsesión, sobreacentuación, desequilibrio, egocentrismo, dificultad para establecer compromisos y falta de objetividad.
Normalmente, los planetas que forman un stellium actúan como una unidad, lo que da un énfasis extraordinario al signo y/o la casa donde están emplazados. El significado de la combinación signo-casa ha de ser interpretado antes que las conjunciones individuales contenidas en el stellium.
Se ha de considerar el stellium como una familia muy unida. Si el padre se queda sin trabajo, toda la familia se ve afectada. Si una hija gana un premio en la escuela, todos participan en su felicidad. Los planetas que están más próximos son los que más se afectan recíprocamente, pero incluso los que están más distantes experimentarán las repercusiones. Generalmente, el planeta que está en el medio del stellium o el más próximo al punto medio de éste será el más sensible a las influencias de los demás planetas.
Los aspectos que forma el stellium con otros planetas o con los ángulos de la carta indican de qué manera funciona esta configuración en relación con otras energías de la carta. Como los tránsitos y las progresiones crean una reacción en cadena que moviliza a todos los planetas que forman el stellium, la gente que tiene esta configuración experimentará en su vida alternativamente épocas de calma y otras de una conmoción y un cambio intensos.
No obstante existen diversos tipos de acumulación que se prestan a diferentes interpretaciones:
1) Acumulación de valores no afines en el mismo signo y en la misma casa, aislada en el contexto del tema natal: tiende a ser efectivamente índice de debilidad o de opacidad.
2) Acumulación de valores no afines en el mismo signo y en la misma casa, pero apoyada por aspectos colaterales (incluso negativos) que rescatan o frenan algunos de los valores en juego dejando mayor libertad de acción a los otros: tiende a ser más activa y menos opaca que la precedente.
3) Acumulación de valores no afines en signos o casas contiguos: la distribución es algo más equilibrada (especialmente si se presenta entre dos signos) y reacciona mejor tanto al aislamiento como a los aspectos colaterales.
4) Acumulación de valores afines en el mismo signo y en la misma casa, o en signos o casas contiguos: puede ser índice de gran fuerza, especialmente si aparece apoyada por buenos valores colaterales. Sin embargo esta fuerza tiende a ser unilateral (en ciertos casos incluso casi monomaníaca) y a dirigirse implacablemente hacia una meta precisa.