Plutón

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Plutón tiene varios símbolos, en la astrología se utiliza el aquí presentado, no obstante, mucha gente reconoce el símbolo de este planeta por una P con una línea recta debajo, el cual haría de monograma del nombre.

El símbolo astrológico de Plutón, se entiende a través de la mitología, puesto que representa los dos atributos más característicos de Hades (su homónimo griego). Estos atributos son el casco de la invisibilidad, que vendría a ser el círculo, y el bidente (un arma antigua, de dos puntas, con forma de media luna), sosteniendo al círculo.

Dignidades y debilidades

Domicilio: Escorpio*
Exaltación:
Exilio: Tauro
Caída:

*Marte era el gobernante tradicional de Escorpio.

Astronomía

Los planetas en astrología se clasifican de manera diferente que en astronomía. Los astrónomos reclasificaron a Plutón como un planeta enano en 2006 (y por lo tanto a la par con Ceres y Eris) para los astrólogos modernos, Plutón sigue siendo un planeta con todas las de la ley.

Percival Lowell fue el descubridor de Plutón, el 18 de febrero de 1930 en Arizona. Éste destacó por ser un hombre de negocios, viajero y astrónomo el cual predijo la existencia de un planeta más allá de Neptuno después de una extensa investigación que mantuvo a lo largo de los años.

En comparación con el resto de planetas Plutón es notablemente pequeño, con un diámetro ecuatorial de 2370 km, no llega al 20% de la Tierra.

No obstante, eso no le impide tener también satélites naturales, en concreto, destacan tres: Caronte, Hidra y Nix. Siendo el primero de gran tamaño en comparación con dicho planeta, puesto que Caronte tiene un diámetro de 1208km.

Su distancia respecto al Sol de 5960 millones de km y tarda 248 años en dar una vuelta completa al Sol. Además, tiene una eclíptica muy inclinada y eso hace, que, en algunos momentos, Plutón se encuentre dentro de la órbita de Neptuno. Su movimiento medio diurno es de 15 segundos de arco, con un máximo de 2,5 minutos de arco.

Plutón está retrógrado una vez al año.

Mitología

Como ya hemos visto en otros artículos sobre los planetas, Hades (Plutón) junto con Zeus (Júpiter) y Poseidón (Neptuno), fueron los dioses griegos que se dividieron el mundo entre ellos. A cada cual le correspondía gobernar una parte del mundo; Zeus y Poseidón gobernaban la tierra y el mar, respectivamente. A Hades, por su parte, se le asignó la gobernanza del inframundo.

El reino de Hades fue especialmente temido. Los griegos creían que, al perecer, sus almas desembocaban, a través del río Estigia, en el inframundo.

Los mitos narran que Caronte era el barquero que portaba a los humanos hasta lo más profundo del Estigia, donde se hallaba el inframundo. Pero este viaje no era gratuito, hacia falta un óbolo (moneda de plata griega) para poder pagarlo; por este motivo se enterraba a los muertos con una moneda bajo sus lenguas.

Hermes (
Mercurio) también acompañaba a los muertos a través de este río. El otro lado estaba custodiado por Cerbero, el perro de tres cabezas del infierno que impedía que cualquiera que hubiera entrado en el inframundo saliera de él.

Aparte de Hermes, solo se les permitió a unos pocos abandonar el inframundo después de descender, entre otros se incluye a Hércules, Ulises y Psique. Para los mortales, el mundo de Hades era un reino sin retorno.

Dado que la figura de Plutón era más temida que venerada, no hay mucho culto hacia ella en la antigua Grecia.

Por otro lado, el mito más conocido de Hades es el de Perséfone (Proserpina), hija de Deméter (Ceres), la diosa de la agricultura.

El mito cuenta que Hades, enamorado de Perséfone, decide secuestrarla para llevarla al inframundo con él y hacerla su reina. Deméter, su madre, la busca frenéticamente cuando se entera de su desaparición, sufriendo angustia y malestar por ello.

Ésta llega incluso a pedir ayuda a Zeus, en calidad de gobernante de los dioses, para poder rescatarla, pero Zeus se niega a darle ayuda alguna.

En consecuencia, Deméter entra en un periodo de llanto desconsolado y rabia, haciendo, en venganza, que los árboles y las plantas se marchiten. Entonces, Zeus, temiéndose lo peor para la humanidad decide intervenir.

Ordena que Hades libere a Perséfone, no obstante, hay una regla en el inframundo y es que, si comes algo dentro estás condenado a residir allí eternamente. Perséfone logró ayunar todo el tiempo que estuvo con Hades, pero éste, justo antes de que se liberase la convence para tomar seis semillas de granada.

Esto obliga a Perséfone a pasar seis meses en el inframundo y seis meses en la superficie. Al final, el resto de dioses ceden a este requisito. Perséfone llega incluso a adquirir un poder considerable como reina de los infiernos. Además de simbolizar la regeneración anual (época primavera-verano).

Este mito, como se podrá comprobar pretende dar explicación a los cambios estacionales que sufrimos. Los 6 meses que Perséfone pasa fuera del inframundo, Deméter está feliz y contenta, por tanto, hace buen tiempo para el cultivo. Pero los otros 6 meses que debe pasar en el inframundo, Deméter saca su resentimiento y hace que las cosechas no puedan florecer.

Por otro lado, además de la interpretación del ciclo agrícola estacional, también se ha interpretado en otros niveles: como metáfora del descenso del alma a la tierra y regreso al cielo, y como luz y sombra de la conciencia humana.

Plutón en la carta astral

Plutón, junto con Urano y Neptuno, pertenece al triunvirato de los planetas espirituales van más allá del mundo material simbolizado por Saturno. Plutón suele representar lo más inquietante para el ser humano.

Además, el descubrimiento de este planeta coincide con el auge de la criminalidad en el mundo, con la creación de las bombas atómicas y, en general, con una época marcada por terribles acontecimientos como el auge del nazismo.

Por esta razón, Plutón suele ser asociado con movimientos de masas y procesos de transformación que conducen a cambios profundos a nivel colectivo. Tiene una
función adverbial en el horóscopo: es el “cuánto” y el “cómo”; es un planeta que da una gran perspectiva a todo lo que toca. Es empoderamiento, una influencia de todo o nada.

Normalmente también representa la
transformación. La capacidad de regenerarse cuando todo ha sido destruido. Cómo podemos cambiar lo más profundo de nosotros y si podemos llegar a hacerlo en algún momento.

Es común asociarlo con la
muerte y la sexualidad; el control de lo emocional, el poder, y todo aquello que permanece oculto.

El largo período orbital de Plutón significa que está en el mismo signo del zodíaco durante toda una generación. Debido a su órbita elíptica, esta puede variar de entre 12 a 32 años.

Por esta razón, la posición de la casa de Plutón y sus aspectos con los planetas personales son más importantes que su posición por signo en la carta de una persona.

La posición de la casa indica el área de la vida en la que una persona podrá experimentar profundos procesos de transformación, y donde tendrá acceso un gran desarrollo personal, a la superación personal. También muestra dónde nos enfrentaremos en relación con los temas del poder y la dependencia.

Cuando Plutón está en aspecto con otro planeta o en tránsito, intensifica y profundiza el aspecto en cuestión, involucrándolos en 
procesos de muerte y renacimiento que pueden llevar a la transformación de aquello con lo que esté en contacto dentro de la carta.

Este proceso suele ser muy doloroso porque requiere renunciar a algo que ha dejado de ser útil y se vuelve obsoleto. Aunque, al final, puede ser un proceso de curación que acaba conduciendo a un grado de mayor plenitud para la persona.

En general, Plutón representa los «vacíos» que tienen las cosas, la carencia, la falta, lo invisible. Es el ansia de saber, de desvelar lo oculto de las cosas. Realiza un trabajo interior profundo de dragado y puede llegar a someter a la persona a presiones enormes, muchas veces autoreprimidas.

Aquel sector de la carta en donde actúe Plutón es donde más fácilmente se notará algún vacío, alguna insatisfacción, algo que se quiere y no puede llegarse nunca a tener, también algo que tiene y desaparece misteriosamente.

Se asocia con lo secreto, lo subterráneo, el deseo de poder, la autarquía, los instintos destructivos y todo lo que sea ilegal. A nivel físico representa los agujeros «excretores» del individuo. Psicológicamente, se asocia positivamente con la capacidad de autoregeneración, es decir la de aprender de nuestros propios errores. También con el instinto ecologista de sentirse «uno» con el resto de la naturaleza.



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